El PSOE de la provincia de Cáceres quiere expresar su vergüenza ante las declaraciones falaces de María Guardiola quien, a golpe de mentiras y cinismo, aspira a presidir la Junta de Extremadura a pesar de haber perdido las elecciones.
El PSOE ganó las elecciones autonómicas, ganó las elecciones municipales en Extremadura y por tanto, presidirá las dos Diputaciones y la FEMPEX. El resultado de la mesa y de la presidencia de la Asamblea es consecuencia del triunfo electoral del PSOE de Extremadura el 28 de mayo.
María Guardiola miente en un tema tan sensible y que tanto dolor produce en la sociedad como es la violencia machista. Dice no querer gobernar con negacionistas del machismo cuando sí lo hace en coalición en diferentes municipios de nuestra provincia, El Gordo y Navalmoral de la Mata, o en Losar de la Vera, Talayuela y Valverde del Fresno donde el PSOE ganó las elecciones municipales.
Guardiola argumenta no querer formar gobierno con machistas porque es una mujer de palabra. Otra mentira, porque Guardiola le ofreció la Asamblea de Extremadura y el Senador autonómico en bandeja a esos que llama machistas. Amén de un acuerdo programático para gobernar Extremadura los próximos 4 años.
Y lo más doloroso de todo, lo que más nos avergüenza como organización política, es que María Guardiola ha amparado a un alcalde condenado en firme por violencia machista, al que ha puesto una alfombra roja para que gane las elecciones en Malpartida de Cáceres, con otras siglas, pero con el mismo grave delito a cuestas. Para completar su cinismo, Guardiola eligió directamente a una concejala de Malpartida de Cáceres y ahora diputada de la Asamblea para su Ejecutiva Regional, que sigue defendiendo y amparando al alcalde maltratador condenado en firme por los tribunales de justicia.
Así pues, pretende usar a Extremadura como moneda de cambio de las barbaridades que su partido está haciendo en materia de igualdad en España. Con los recientes pactos en Valencia o Baleares.
Sería deseable que este tipo de manifestaciones no fueran blanqueadas en ningún ámbito ni público ni privado, y que prevaleciera la verdad por encima de todo.
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