Artículo de nuestro Secretario General, Miguel Á. Morales.
No hay absolutamente nadie, en Extremadura, que se crea que el gobierno de Guardiola, sea serio y tenga una dirección firme. Lo bueno heredado lo expone como propio a la vez que toma decisiones de clase. En resumen, Guardiola miente mientras te mete la mano en el bolsillo.
¿Qué son las decisiones de clase? Hacer ideología con los números, decidir a quiénes apoyar económicamente y a quiénes perjudicar. La lideresa contradicha, navega entre intereses de partido y salvajadas conjuntas con los extremistas que tiene por aliados.
En este sentido, la única y más sencilla decisión política de clase, cómo no, viene por el lado fiscal. Anuncian que bajan los impuestos como si fuéramos Texas, sí, allí donde los que no tienen dinero para pagarse un tratamiento se mueren en la puerta del hospital porque no son atendidos.
¿Qué son las decisiones de clase? Hacer ideología con los números, decidir a quiénes apoyar económicamente y a quiénes perjudicar. La lideresa contradicha, navega entre intereses de partido y salvajadas conjuntas con los extremistas que tiene por aliados.
La lideresa contradicha olvida que Extremadura, la eterna olvidada durante los 40 años del franquismo por los inspiradores políticos de este vergonzoso gobierno PP-VOX, es una región construida a base del esfuerzo compartido para edificar hospitales, escuelas e infraestructuras, es decir, con cargas fiscales graduales, de mayor a menor, justas, para que avancemos juntos.
Ahora, el gobierno de Guardiola y sus socios machistas y negacionistas, se han tirado al monte, como era de esperar, sin agenda ni proyecto, para bajar los impuestos a los más ricos, a la vez que sube el gasto a las familias con renta media.
PP–VOX eliminan la gratuidad de los comedores escolares y dejan sin un servicio universalizado por el PSOE a 2100 familias extremeñas a las que obligan a pagar desde septiembre de 2023.
Guardiola, así de espléndida y sin despeinarse, decide regalar 6 millones de euros a 1284 privilegiados con patrimonios superiores a los 2 millones de euros, al eliminar el impuesto de patrimonio, pero eso sí, no tiene euros suficientes para los cereceros de la provincia de Cáceres.
Es habitual que allí donde gobiernan PP-VOX menoscaben derechos y servicios públicos, como lo han comenzado a hacer con los comedores escolares y la paralización de la construcción de cuatro centros de salud en el medio rural.
La factura de las decisiones de la coalición VOX-PP en Extremadura, la pagarán, como siempre que depende de la derecha, la clase media, las y los trabajadores, los autónomos y autónomas y los empleados y empleadas públicos. La mayoría social paga la cuenta de la minoría privilegiada de esta tierra. ¿A alguien le sorprende?
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