Artículo del Secretario General del PSOE de la provincia de Cáceres.
En el PSOE de la provincia de Cáceres hemos celebrado el pasado 22 de noviembre la II edición de los Premios Charo Cordero. Una cita ineludible para quienes militamos en la igualdad y en el partido que tanto queremos.
Y allí nos hemos mostrado tal y como somos: sencillos, cercanos, humildes, comprometidos. Ver tanta y tanta gente de toda la provincia para demostrar, una vez más, nuestro pacto inquebrantable con la igualdad entre personas y la lucha contra la violencia machista, ha sido reconfortante.
Una militancia que no insulta, que no difama, que no impone, una militancia que dialoga y que defiende sus banderas en paz y con la convicción de defender nuestras libertades. Así somos y así seguiremos siendo. Por eso, no solo nos parecemos a la gente, sino que somos como la gente.
Nos emociona recordar a Charo, una referente de la igualdad, una persona humilde como pocas, que no le hablaba mal a nadie, que prefería el diálogo y el acuerdo por el bien de la ciudadanía a la confrontación vacía y estéril que defienden otros. Un ejemplo en todos los sentidos y así la recordaremos siempre.
El PSOE es nuestra casa, nuestra familia y debemos cuidarlo, defenderlo y potenciarlo con alternativas que sirvan a la ciudadanía. Sabemos resistir, aguantar y también sabemos vencer para gobernar sin excluir a nadie, sin estridencias, pero con paso firme hacia la transformación positiva de nuestro territorio.
Continuaremos sumando igualdad desde cada decisión que tomemos. Ya sea para luchar contra la violencia que sufren las mujeres o para restaurar la memoria de las y los represaliados por la dictadura franquista.
Nada ni nadie nos apartará de nuestro camino, porque somos eso precisamente, un camino plagado de retos que hemos superado y que continuaremos superando.
Así que, desde este espacio, agradezco a quienes, con su fuerza y convicción, continúan alzando la voz contra las injusticias y enarbolando la bandera de la igualdad y de la libertad que tanto nos costó ondear y que no permitiremos nunca que nadie la arríe.
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