Miguel Á. Morales: «La memoria»

Artículo del Secretario General del PSOE de la provincia de Cáceres.

La política es un instrumento para construir, para dar repuestas a la ciudadanía, para hacer una sociedad más justa con acciones y decisiones encaminadas a mejorar la vída de todas y todos, sin olvidar la reparación de injusticias, agravios y acusaciones falsas.

Desde la Diputación provincial de Cáceres hacemos todo lo que podemos en este sentido. Desde el primer momento, nos comprometimos con una demanda  de absoluta justicia y humanidad, que durante demasiado tiempo estuvo o prohibida o temida, como es reconocer moral y realmente a todas las víctimas que padecieron la represión franquista.

Escuchar, una vez más, a Conchita Viera diciendo que le habían impuesto el silencio durante los años de la dictadura, nos debe estremecer, porque pasó aquí y no hace tanto tiempo.

Por ello ser capaces de reafirmar la dignidad de los asesinados, dignidad que nunca perdieron, como sí lo hicieron los asesinos y represores con el odio inculcado por una dictadura insaciable con sus enemigos, es una gran satisfacción que ponemos al servicio de todo el país.

Sin odios ni revanchismos hemos sido capaces de identificar a siete de los cuarenta y nueve cadáveres recuperados en la Mina Terría. Cómo no contribuir a la dignidad de las personas si nos jactamos de vivir en una democracia plena.

“Siento mucha emoción, porque nos impusieron silencio y no se podía hablar de nada, había miedo, pero lo que hemos logrado es lo más grande, yo no sabía dónde estaba mi padre y ahora ya puede descansar junto a 48 víctimas inocentes más, en una digna sepultura”, decía Conchita Viera.

Con 91 años la hija de Amado Viera pudo lograr y hacer real su deseo. La memoria nos permite mantenernos vivos en la lucha por la justicia y la reparación. En un país donde los mutilados de guerra franquistas han cobrado su pensión hasta ahora, qué menos que reconocer la identidad de los represaliados para que, por fin, puedan descansar en paz.

Así pues, la política, la labor pública, vale y mucho para hacer que las cosas vuelvan a su sitio, como que un país crezca sin vergüenza y que las verdaderas víctimas puedan disfrutar de la dignidad que el fascismo les intentó quitar sin conseguirlo.