Artículo del Secretario General del PSOE de la provincia de Cáceres, Miguel Á. Morales.
La vida no es inmanente. Día a día cambian los contextos, nos formamos, nos informamos, crecemos, envejecemos y también nos adaptamos al marco planteado por las circunstancias con el objetivo de encontrar soluciones y de superar los retos individuales y colectivos a los que nos enfrentamos.
En ese viaje cambiante que es nuestra experiencia vital, somos individuos que actuamos o no, a partir de una serie de principios asumidos como ruta invariable en ese campo de interpretación constante que es la sociedad y su relación con el entorno político, económico y humano.
En este sentido, los principios, nuestra idea del Bien y del Mal, nuestras conductas y comportamientos están marcados por una firme convicción que repercute en la percepción que otros tienen de nosotros y en la lealtad hacia unos valores que nos permiten tener el respeto y el cariño, primero de nuestros seres cercanos y, en el campo de lo público, de la ciudadanía, de la militancia.
No respetar su palabra, pisotear las enseñanzas de su madre y lanzarse a los brazos de los maltratadores machistas ahora -ya lo había hecho en Malpartida de Cáceres-, la desnuda ante los ojos de un pueblo, el extremeño, acostumbrado, también por enseñanza y cultura, a la verdad como bandera.
Por ello, cuando una persona, en este caso María Guardiola que confunde sillón de mando con liderazgo social, habla de principios aprendidos de su madre, de palabra y de verdad para presentarse en sociedad como una mujer que no admite a maltratadores ni negacionistas de, según ella, debates ya superados, y los pisotea, jamás podrá ser respetada por sus pares ni por la ciudadanía. Porque la mentira no merece nuestro respeto.
No respetar su palabra, pisotear las enseñanzas de su madre y lanzarse a los brazos de los maltratadores machistas ahora –ya lo había hecho en Malpartida de Cáceres-, la desnuda ante los ojos de un pueblo, el extremeño, acostumbrado, también por enseñanza y cultura, a la verdad como bandera.
Cervantes escribió que más vale una palabra a tiempo que cien a destiempo. La Sra. Guardiola ni maneja los tiempos ni está a la altura de la región que, ella cree, puede gobernar. Un partido como el PP, vital para el equilibrio democrático de nuestro país, se entrega a los brazos de la ultraderecha infame que atenta contra los derechos de las mujeres, del colectivo LGTBI y de los y las trabajadoras.
Cervantes escribió que más vale una palabra a tiempo que cien a destiempo. La Sra. Guardiola ni maneja los tiempos ni está a la altura de la región que, ella cree, puede gobernar.
Por ello, quien te miente una vez te mentirá siempre, quien se esconde una vez como lo hace Feijóo y su presunto sobresueldo no declarado, lo hará siempre. Este país, esta tierra, merecen progreso, futuro, convivencia sana entre quienes pensamos diferente.
Extremadura y España merecen paz y sosiego a la hora de tomar decisiones y si, como dice Guardiola, deja sus principios de lado por Extremadura -¡vaya majadería!- que entregue el poder a los machistas maltratadores y dimita para demostrar que aún le queda algo de esos principios maternos que, a día de hoy, prostituye con cada una de sus mentiras.
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