Con el ánimo de resaltar las principales ideas que aparecen en el libro del periodista cacereño Manuel Sánchez, iniciamos esta columna, coincidiendo además, con los 20 años de la llegada de Zapatero ( y con él de su sigla de identidad: ZP) a la Moncloa.
De su inicial experiencia en el ámbito orgánico, una vez que gana la Secretaría General del PSOE en el año 2000, comienza a introducir en el Partido una catarata de cambios muy profundos.
Junto a la vida interna también pretende revolucionar, agradeciendo y reconociendo a Felipe González, dando paso a una nueva etapa.
Las características principales pronto se van a hacer notar. Partiendo del concepto de republicanismo cívico y de los derechos de ciudadanía enseguida se va a apreciar una nueva relación con los medios de comunicación. A la clásica entente con el grupo PRISA se le va a unir el deseo de contar con un pluralismo mediático, tomando protagonismo medios como El Mundo o la Sexta.
Y es que, como señalaba el propio Presidente, se pueden hacer muchas cosas desde el Gobierno. Con el control del BOE se inicia un proceso legislativo que va a transformar la sociedad española de aquella década. Ayudado, eso sí, por su teoría de la geometría variable, que le permitía pactar leyes con unos u otros partidos según el caso
Medidas estelares como la apuesta por el feminismo, con las listas paritarias, la ley de Igualdad o la de violencia de género van a dar el testigo a otras como la de Memoria Histórica, que, por cierto, quedó a medias y fue muy criticada por la derecha ( por cuestiones ideológicas) y por las Asociaciones ( porque entendían que era muy limitada). Sin embargo, fue un enorme punto de partida, completada en 2022 con la ley de Memoria Democrática. Manuel Sánchez, considera, como muchos otros, que fue una oportunidad perdida, pues la indignación del PP hubiera sido la misma con una ley más ambiciosa.
La introducción en el currículum educativo de la asignatura “Educación para la Ciudadanía o contemplar la Dependencia como el cuarto el cuarto pilar del Estado del Bienestar, son otros ejemplos de buenas prácticas. Siempre sin dejar de lado, otras prioridades más clásicas en el ámbito del empleo, la vivienda, la sanidad o la educación.
Un elemento que generó un tenso debate fue el contraste entre el modelo federal frente al centralismo autonomista o lo que es lo mismo la no relación entre el socialismo y el nacionalismo.
Otra cuestión que en aquellos momentos pasó casi desapercibido fue como Zapatero ya era consciente de la importancia del cambio climático, apostando por el ecologismo en sus propuestas programáticas.
Sin embargo fueron elementos simbólicos como el no a la guerra de Irak ( y la consiguiente retirada de las tropas españolas) o las leyes antitabaco ( con su intención de proteger el derecho a la salud), las que harían correr ríos de tinta.
La influencia de la crisis económica mundial a partir de 2008 que llevó consigo la suspensión de numerosas medidas sociales que habían caracterizado a sus legislaturas y el error de no reconocer la citada crisis, aceleraron su derrota.
Como contrapunto tememos el final de ETA, mezcla de autoridad democrática y acción política, que como bien indica Angélica Rubio, su jefa de comunicación: no justifica un mandato, justifica una vida.
Esta es su huella.
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