La sinestesia es identificada, desde el punto de vista científico, cuando se percibe un sentido al experimentar otro. Se ponen ejemplos como asociar un color a un número o a un sonido.
Esto es lo que, traducido a la práctica política, me da la sensación que se está produciendo en las primeras rondas de negociación de los presupuestos regionales.
De esta forma, por un lado el Gobierno trata de hacer de interlocutor con los distintos grupos parlamentarios, partiendo de la base de que no va a haber cesiones o de que, en el supuesto de que hubiera líneas rojas, las pondrían ellos. !Para eso gobiernan!
Claro, que se puede precisar que es algo similar a lo que ha sucedido en muchas otras ocasiones con distintos gobiernos. Tiran de estadística para ver el número de enmiendas presentadas y aprobadas o rechazadas. Y en el mejor de los casos, vuelven a recordar cuándo se dio el visto bueno, la abstención o la negación por parte de la oposición.
Sin embargo, y si nos vamos a los extremos hay actitudes muy diversas. El grupo parlamentario Unidas por Extremadura, no sé si por sensatez o por el contrario, por desidia o abandono de sus funciones, ha decidido no participar de un paripé que ya intuyen cómo va a terminar.
Por otro lado, la extrema derecha, ha decidido continuar negociando sin continuar negociando. No se trata de una contradicción. Es una mera realidad. VOX prefiere decir las cosas claras desde un primer momento: no hay nada en que ceder, ni se trata de consensos, ni tampoco van a buscar puntos de encuentro. Simplemente señalan con contundencia que prácticamente la mitad de Extremadura para ellos no significa nada. Si aparece un sesgo de ideología socialista, de iniciativas que provengan del PSOE o sencillamente si se enteran de que los socialistas van a formar parte del acuerdo de los nuevos presupuestos regionales, ellos abandonarán, como ya lo hiciera anteriormente Unidas por Extremadura o bien se esperarán para hacer explícito su voto en contra en el Pleno.
Por último el grupo parlamentario socialista, en un intento de enriquecer el voluminoso catálogo de propuestas que comprende el Presupuesto, ha decidido intentar, bajo la ilusión de que la imagen que se podría dar de, como diría el portavoz popular, “ponernos todos la misma camiseta” hacer posible un Presupuesto para todos.
Así decide, desde su punto de vista, fijar su atención en algunas medidas que entienden pueden mejorar sustancialmente la vida de la mayoría de los extremeños.
De momento, la sorpresa es que no se contempla, ni siquiera, debatirlas.
Por consiguiente, podemos encontrarnos ante una situación en la que lo único que se pretende bajo el Gobierno, en minoría, del PP, es dejar que pase el tiempo para llegar a la fecha del debate en la Asamblea, previendo que las alianzas naturales vuelvan a su sitio.
No obstante, quizás debieran ser conscientes de que sus antiguos socios ya no tienen el mismo sentido ante una única percepción.
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