Performativo significa hacer cosas con palabras. Sensación parecida la hemos estado teniendo estas largas semanas de gestión de la catástrofe ocasionada por las últimas DANAS.
Así, se ha podido comprobar cómo tanto grandes, medianas o pequeñas empresas de distribución, alimentación, infraestructuras o maquinaria, se han puesto manos a la obra para colaborar ofreciendo su ayuda o facilitando compras asequibles ( de ahí también la buena idea de solicitar a la ciudadanía sus aportaciones económicas).
Más en situaciones recientes ( como fue en la pandemia del COVID) en la que la gente duda sobre que en este tipo de calamidades muchos aprovechan para hacer negocios. Si los que han robado artículos de lujo en las tiendas devastadas son unos miserables, no lo son menos los que se enriquecen gracias a la desolación de los más débiles.
Hacer cosas con palabras lleva consigo también la exigencia de responsabilidades con calma y profundidad. Ya habrá tiempo. Hay bastantes cuestiones pendientes de respuesta: ¿ se obviaron o menospreciaron las alertas? ¿ se confundieron las competencias? ¿ tendría que haber intervenido antes el ejército? ¿ habría que esperar a que te pidan la ayuda o se debe modificar la legislación al respecto? ¿ hubo falta de coordinación entre administraciones?… Pero ahora la prioridad es resolver los problemas en el menor tiempo posible.
Lo que sí es evidente es que no se ha hecho caso a los científicos desde hace años y también ha influido la eliminación de consejerías o delegaciones de acción climática por algunos gobiernos que recogían la idea de que es más importante el adelgazamiento del Estado convirtiéndose en adalides del individualismo. Es decir, no es necesario recursos públicos para determinados temas (no olvidemos que salen de nuestros impuestos) y si acaso se producen situaciones excepcionales ( como la que hemos vivido) se apela al “pueblo” en abstracto para solucionarlas.
La realidad ha demostrado todo lo contrario. Es imperativo reforzar los servicios públicos y a ello se le tiene, necesariamente, que sumar, por una parte las ayudas directas, vía decretos urgentes aprobados por el Gobierno, como un plan extraordinario de recuperación de infraestructuras ( cuyos resultados más perentorios estamos viendo día tras día).
En conclusión, podrán los políticos con sus discursos e intervenciones justificar sus acciones, pero, empleando un lenguaje más cercano, se tiene que pasar de la palabra a los hechos. Y eso es lo que vamos a tener que ir viendo próximamente.
El resto, la exigencia de responsabilidades se dirimirá en varias instancias diferentes con el tiempo: las políticas, las parlamentaria o incluso, si procede, las judiciales. Performativo.
Be the first to comment