
¿No es acaso el fuego el más universal y fascinante de todos los elementos?, probablemente, sí.
El pasado mes de agosto, nuestra fiesta, fue reconocida por el Ministerio de Industria y Turismo del Gobierno de España y se declaró de Interés Turístico Nacional. Esta designación honorífica otorgada a Los Escobazos engrosa su lista siendo la número 157 en nuestro país y la décima fiesta con esta distinción en la Comunidad Autónoma de Extremadura.
No ha sido tarea fácil llegar hasta aquí, en nuestro caso el recorrido ha sido largo, hemos consumido una década hasta alcanzar el objetivo. Trabajo y constancia del equipo de la concejalía de Festejos y Turismo de este Ayuntamiento han hecho posible obtener este galardón. Muchos son los requisitos que se tienen en cuenta para su concesión; su antigüedad, su continuidad en el tiempo, el arraigo, la participación ciudadana, su interés real desde el punto de vista turístico, además de la obligatoria acreditación de numerosos impactos en medios de comunicación nacionales, diversos informes favorables de la comunidad autónoma, planes de difusión turística, y un sinfín de trámites que son de forzoso cumplimiento para llegar a este célebre reconocimiento nacional.
Hoy, reposada la noticia y con la perspectiva que da el tiempo, asimilamos con entusiasmo y orgullo esta deferencia tan merecida para Los Escobazos, que supone un nuevo reto para todos a la hora de mantener el sentido más primigenio de la fiesta, su imagen y su desarrollo propio.
No descubro nada nuevo si digo que la proyección a nivel nacional sumado a la coincidencia en el tiempo con un puente en el que se realizan grandes movimientos turísticos, favorecerá a que el número de visitantes crezca exponencialmente los próximos años. Este hecho nos hace más responsables, celadores y preservadores de nuestra herencia que nunca.
Prácticamente la totalidad de lo que somos, desde nuestro color de ojos, nuestros gustos o lo que sentimos, lo hemos heredado de nuestros ancestros y se ha ido transmitiendo en nuestra línea sucesoria de generación en generación. Sin darnos cuenta llevamos con nosotros olores, sensaciones, sabores y canciones que nos acompañan, que son parte de nuestra vida, que nos recuerdan y nos hace tener muy presentes a nuestros antepasados. Entender la importancia de estos saberes, de estos rituales heredados es vital, y tenemos el compromiso de mantenerlos vivos tal y como nos los han legado, somos los protectores de este patrimonio cultural, nada más y nada menos.
Por eso resulta fundamental escuchar a nuestros mayores, para no perder la raíz y la esencia, la forma natural de hacer las cosas, y es necesario afianzar en los/as más pequeños/as ese sentimiento de pertenencia, ese sentimiento protector e identitario que hará que vivan, sientan, cuiden y por supuesto, enriquezcan desde su perspectiva la fiesta a lo largo del tiempo, porque es de ellos/as, para ello/as. Esas nuevas generaciones serán las que la prolonguen en el tiempo, y debemos preguntarnos qué queremos transmitirles, cómo nos gustaría que la perpetuasen.
Fomentemos la creación de escobones, un elemento indispensable en nuestra fiesta, el precioso ritual de salir al campo y recoger la retama, que ese camino sirva para escuchar de nuevo la experiencia de nuestros mayores, charlar con ellos, conocer sus vivencias, escuchemos con atención. Cuidemos de la ropa que se viste evitando elementos que afean la festividad, que no forman parte de ella, que no estuvieron nunca, y acompañemos durante todo el recorrido de la procesión a la Inmaculada Concepción, para que este fuego otoñal, purificador y renovador, que se torna festivo, que nos une y da calor, y también refugio, la alumbre más que nunca.
Almudena Pérez, Técnico de Turismo Centro de Interpretación Museo de Los Escobazos

Be the first to comment