Artículo de Blanca Martín, Presidenta de la Asamblea de Extremadura.
No me canso de repetir que, si la historia es la historia de la lucha de clases, según Karl Marx, también es la historia de la invisibilización de las mujeres. Mujeres que siempre estuvimos en los capítulos importantes de todas las transformaciones históricas.
Por ello, entre otras cuestiones trascendentes, nuestra obligación es incorporarlas a la verdad histórica, reconstruir los capítulos de las ciencias y las artes de la humanidad y refundar la conciencia colectiva con elementos imprescindibles para luchar contra los reaccionarios que se niegan a que formemos parte de las decisiones y de los espacios relevantes.
No hay mayor respeto que el de una lucha constante para defender la igualdad de las personas, para imaginar nuevos caminos que consigan, transversalmente, la igualdad de todas y cada una de las personas en todo el mundo, una lucha que nos costará vidas y tiempo, pero que estamos obligadas a dar por nosotras, por las que ya no están y por las que están llegando.
Militar en la igualdad es construir justicia venciendo coyunturas y morales que nos posicionan dentro de un marco invariable de sumisión y silencio.
Militar en la igualdad es defender los derechos de las personas y avanzar hacia más y mejor libertad individual. Ser, precisamente, sujeto activo en vez de sujeta y pasiva.
De ahí que, como decía el otro día en la presentación del proyecto Cuentos ilustrados para fomentar la igualdad de género, es importante que la comunidad educativa, los consejos de igualdad de las comarcas de la región y las diferentes instituciones con los impuestos que pagamos todos y todas inviertan en igualdad, para que los niños y las niñas no sean diferentes y puedan ser libres para hacer lo que elijan.
Gloria Steinem dijo que “una vez que nos cansamos de buscar aprobación, nos damos cuenta de que es más fácil ganarse el respeto”.
Y no hay mayor respeto que el de una lucha constante para defender la igualdad de las personas, para imaginar nuevos caminos que consigan, transversalmente, la igualdad de todas y cada una de las personas en todo el mundo, una lucha que nos costará vidas y tiempo, pero que estamos obligadas a dar por nosotras, por las que ya no están y por las que están llegando.
Cuando las emociones para la prensa parecen pecados, sostenidos en un Kleenex . Amarillismo según undefinedhttps://t.co/sFSunNc3OT
— Blanca Martin (@BlancaMartinDel) March 23, 2024
Be the first to comment